
A horas de la entrada oficial del verano, ya estamos sufriendo olas de calor sofocante que nos impiden dormir bien por las noches o pasar largas estancias en casa sin acudir al ventilador o al aire acondicionado.
Pero podemos hacer pequeños gestos que nos ayuden a refrescar nuestra vivienda sin abusar de los aparatos eléctricos, que no son muy recomendables para distintas enfermedades, especialmente las relacionadas con el aparato respiratorio, ni para el bolsillo.
Lo más sencillo es ventilar la vivienda a primera hora de la mañana, cuando aún no han empezado a subir las temperaturas, y cerrar ventanas y persianas durante las horas más calurosas del día, especialmente entre las 12.00 y las 16.00 horas. Por la noche también es aconsejable hacer este tipo de actuación, sobre todo cuando el calor haya remitido lo suficiente como para que no se cuele en casa. Es una acción importante para poder renovar el aire, que puede esta viciado debido al calor.
Una inversión que a la larga puede amortizarse y puede ayudarnos es instalar un toldo en la terraza, las ventanas o el patio de nuestra vivienda, y optar por humedecer el ambiente con vaporizadores, pequeños aspersores o con botella de agua con pulverizador.
Pero hay otros pequeños trucos que no supondrán un roto para nuestro bolsillo es colocar un cuenco con cubos de agua frente al ventilador, para que el aire sea más fresco; fregar el suelo con agua fría para refrescar la casa; minimizar el uso de luces halógenas, puesto que generan calor; dar un giro a la decoración de nuestra vivienda, optando por colores claros como el beig o el blanco y tejidos ligeros como el lino; y aislar las paredes y el suelo de forma adecuada.